INTRODUCCION DE ESTA VERSION
Esta es la segunda versión de un documento que elaboré en
2012 y que se titulaba “Clases sociales en Buenos Aires y voto”, un título
semejante al presente, y que está disponible en: http://www.clasessocialesbuenosaires.blogspot.com.ar.
En esta versión se han eliminado algunas definiciones y consideraciones a fin
de lograr un documento más fácil de leer y de presentar más destacadamente lo
relacionado con las clases actuales en Buenos Aires. Es decir, se ha abreviado parte
de lo que hace a los antecedentes y a la historia de las clases sociales
porteñas. También modifico la definición y configuración de los Grupos Sociales
elaborados en 2012, tratando de aproximarme más a la realidad de Buenos Aires y
superando algunas consideraciones y conclusiones equivocadas.
El tema del “indio” no es menor. En el documento original se
usó el término entendiéndose que era tan válido como lo es el de “celta” o
“sajón”. Ahora resulta – es una novedad de hace dos años - que el término
“indio” es despectivo y lo que corresponde para definir personas con ese origen
es el empleo de dos palabras: “pueblo originario”. Es decir, que si a alguien
cuyos antepasados fueron calchaquíes le pregunto qué es, debe responderme
“pueblo originario”. Esto es como si en Brasil a alguien de color le preguntara
lo mismo y me contestara “pueblo extranjero introducido”.
Se agradecen observaciones y discrepancias que seguramente
permitirán avanzar en una perspectiva de las clases sociales de Buenos Aires
que es nueva y original.
“Los hispanos pueden determinar quién ocupará la Casa
Blanca”[1].
Esta afirmación se difundió y repitió como noticia en los
medios de comunicación durante el mes de octubre de 2012 en oportunidad de las
elecciones presidenciales en Estados Unidos que se realizaron en noviembre de
ese año.
No recuerdo haber leído una noticia semejante en Argentina.
Porqué ? No hay grupos sociales que definen elecciones ? Este es un tema que no
ha provocado especial curiosidad ?
Personalmente, los resultados electorales que se dieron en
las últimas elecciones en la Capital y en el Gran Buenos Aires me llevaron a
analizar las razones de esos resultados y a considerar como causa de los mismos
a la conformación social de estos dos grandes espacios geográficos argentinos.
1. Reflexiones sobre el Porteño
Las
reflexiones y consideraciones que siguen son resultado de lecturas, búsquedas y
hallazgos y de mi propia experiencia de 80 años de vida. Qué las motivaron ?
los resultados de las últimas elecciones presidenciales. Cuando, ya disponibles
los cifras, comenté y pedí opiniones y justificación a parientes, amigos y
conocidos sobre la diferencias de los valores de la Capital y del Gran Buenos
Aires las respuestas fueron pobres, incompletas y algunas equivocadas.
Los
resultados que me sorprendieron fueron los que obtuvo la Alianza Frente para la
Victoria en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sólo el 35,1 %, frente a lo
logrado en la Provincia de Buenos Aires, 56,3 %. Qué pasaba al cruzar la
General Paz ? Recordé que también el candidato peronista en las elecciones de
la Ciudad, en agosto de 2011, en la segunda vuelta tuvo sólo el 35,7 % de los
votos y Macri el 64,3 %.
Entonces,
el sujeto de estas reflexiones es el habitante de Buenos Aires. Creo que se lo
conoce poco. Tampoco se lo ha diferenciado del resto de los argentinos a pesar
que las discrepancias en muchos aspectos son profundas. Cuando digo que el
sujeto de estas reflexiones es el habitante de Buenos Aires me refiero al de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de los Partidos que rodean la Capital.
En
los Puntos siguientes presento y analizo el nacimiento y desarrollo de la
ciudad y de los grupos sociales que la fueron habitando. Como forma de
exposición del tema en lugar de procesar y reelaborar trabajos y estudios, he
decidido copiarlos textualmente citando, por supuesto, al autor.
1.1. La Ciudad
El
fracaso del primer asentamiento liderado por la expedición de don Pedro de
Mendoza en 1536, concretado con el abandono ordenado por Domingo Martínez de
Irala en 1541, lleva a atender a la segunda y definitiva fundación por don Juan
de Garay de la ciudad de la Trinidad, puerto de Santa María de los Buenos
Aires, formalmente cumplida en la mañana del sábado 11 de junio de 1580.[2]
La
ciudad se ordenó en torno a la Plaza Mayor (hoy Plaza de Mayo), y consistía en
un cuadrilátero de 15 por 9 manzanas; la actual Casa Rosada era el Fuerte de la ciudad y
la manzana donde se encuentra el edificio del Banco Nación era la sede del
Gobernador.
Juan
de Garay eligió el área de la actual Plaza de Mayo, en la meseta delimitada por
dos arroyos o zanjones, casi coincidentes con las calles Chile y Paraguay de
nuestros días. Siguió en la demarcación de Buenos Aires, al igual que en Santa
Fe (1573) el modelo urbanístico de Lima que conocía en forma personal. En este
caso, la cuadrícula está inscripta en un rectángulo de quince por nueve
cuadras, con su frente mayor orientado al este, sobre la costa del río de la
Plata. La modulación interior está basada en manzanas cuadradas, de 140 varas
(1 vara = 0,866 metros)
por costado, separadas por calles rectas de 11 varas de ancho.
1.1.1. La Repartición de la Ciudad [3]
Así
llegamos a nuestro territorio y a su repartición.
Mientras
elaboraba este punto encontré un trabajo de la Doctora Araceli N. de Vera de
Saporiti. Milagro de Internet que me presentó su “Estructura social de Buenos
Aires y su relación con el espacio colonial (1580 – 1617)” resumen de su tesis
de doctorado. La tesis me resulta totalmente original y esclarecedora. Además
completa y amplía lo transcripto hasta acá de manera importante. Digo original
porque no encontré en ningún autor que Garay incorporara como fundadores a los
pobladores tempranos, es decir a los que llegaron inmediatamente después de los
fundadores. Porque nunca supe de la división de la ciudad en solares y cuadras
y de la propiedad diferenciada. Tampoco que una parte de la ciudad era asiento
de los indios que acompañaron a Garay desde Asunción. A continuación presento
algunos párrafos de la síntesis de la tesis [4].
Una
vez terminada la ceremonia fundacional, se le dio vida física a la ciudad, se
procedió de inmediato a la organización del espacio colonial y más tarde al
repartimiento de indios de la jurisdicción que habían de ser encomendados.
La
estructura social primitiva de la ciudad de Buenos Aires, mediante las
relaciones de propiedad de la tierra, instauró un sistema socio-espacial
jerárquico impuesto por la Corona de España, a través de sus agentes. Se
establecieron las siguientes categorías de análisis, según espacios asignados
a:
-
Fundadores: grupo integrado por los conquistadores y primeros pobladores que
vienen con Garay y tienen acceso a todas las formas de reparto de la tierra.
-
Pobladores tempranos: este grupo llega a la ciudad una vez fundada y cada
poblador tiene asignado un solar en la planta urbana. La mayoría no tiene
acceso a las cuadras. [5]
La
planta en damero, con calles rectilíneas cruzadas en ángulo recto, se puede
dividir en dos zonas: la de los solares (1/4 de manzana), al este, y la de las
cuadras (una manzana), al oeste. Las hoy calles Chacabuco-Maipú son el límite
entre ambas zonas.
Trataremos
la zona de las cuadras que comprendían las cinco filas siguientes, hacia el
oeste de la zona de solares. Las cuadras fueron espacios en principio
destinados a huertas, un total de 80 cuadras fueron distribuidas entre:
fundadores (55 cuadras), pobladores tempranos (12 cuadras y media) y espacios
de reserva (12 cuadras y media). Quedaban comprendidos dentro del perímetro,
señalado por las actuales calles: Maipú, Chacabuco, Estados Unidos, Salta,
Libertad y Viamonte. Estos espacios (cuadras), fueron afectados para el
alojamiento de comunidades indígenas, que no tuvieron acceso a la propiedad de
la tierra.
El eje Chacabuco-Maipú marcó el límite entre el mundo español y el
indígena;
aquél residía en la planta de solares y estaba integrado por los conquistadores
y los vecinos de la ciudad, que a causa de los beneficios recibidos se
distinguían por sus privilegios y por el dominio que ejercían tanto sobre los
indios como sobre el terreno que ocupaban.
La
tesis de de Vera de Saporiti, nos dice como el área de la nueva ciudad fue
dividida:
1)
solares que ocuparon fundadores y pobladores tempranos y
2)
cuadras que se dieron a los fundadores y a algunos pobladores tempranos. Que
estas cuadras eran ocupadas por los indios que se habían sido asignados a
fundadores y pobladores tempranos y que se utilizaban para la producción de
alimentos.
La
tesis de de Vera de Saporiti da el nombre de cada uno de los fundadores que
fueron 65 y de los pobladores tempranos que eran 79. También en un plano da el
nombre a quien le fue asignado cada solar y cuadra.
1.2. La tierra, los
animales y los hombres
Qué
encontraron estos 144 hombres que llegaron con Garay ?
Antes
de considerar esta pregunta se debe aclarar que la generalizada y aceptada
afirmación de “144 hombres” no corresponde a la realidad. A buena parte de los
hombres los acompañaban esposas e hijos y lo propio ocurría con los indios que
traían de Paraguay. Esto es importante para el desarrollo de este trabajo pues
de aceptar que eran sólo 144 hombres los que llegaban, es lógico suponer que la
población que se generó era en su mayoría de individuos mestizos, cosa que no
ocurrió.
Recordemos
sí que la expedición de Garay incluía 200 indios guaraníes que venían con las
familias, y si bien en la sociedad estamental no fueron considerados vecinos se
los debe recordar entre quienes poblaron inicialmente la ciudad, dándole el
carácter criollo y mestizo que fue impronta de la primitiva Buenos Aires.
Volvamos
a la pregunta. Qué encontraron estos 144 hombres que llegaron con Garay ?
Una
tierra negra fértil cubierta de pajonales y arbustos que se extendía hasta el
horizonte. No había árboles de madera dura. Pronto supieron que no había piedra.
Debían construir una ciudad sin madera, ni piedra. Debían sobrevivir sin leña y
sin carbón. No había plantas que les proporcionaran fibras para elaborar
tejidos y ropas.
Como
en toda América, no había animales domésticos: vacunos, ovinos, caprinos,
equinos, porcinos, ni gallinas, ni patos y pavos domésticos (sólo en América
del Norte pavos). La fuente de proteínas eran los peces, algunas aves, pocos
pequeños mamíferos como los cuices y, por fin, los camélidos [6].
Sabiendo de esto Garay había traído animales de Paraguay.
No
había fibras (lino, algodón, lana) para elaborar tejidos y esto explica los
comentarios de un jesuita en 1700 sobre la pobreza de la indumentaria.
Por
otra parte, pronto estos 144 hombres y sus familias supieron que el indio del
Río de la Plata no era agricultor, ni artesano del cuero, ni de la madera,
tampoco era ceramista. No vivía bajo techo construido, no edificaba ni
monumentos, ni pirámides, ni templos. No escribía. El Río de la Plata no era
México con aztecas y mayas, ni Perú con sus Incas. La ciudad que hicieron los
fundadores y sus sucesores fue una ciudad de tierra. Las casas se construían de
barro, las calles eran de tierra con huellones que se formaban con las lluvias.
La
pampa no tiene ni accidentes geográficos, ni diversidad de plantas y animales.
Esto explica porque, a diferencia de lo que ocurrió en toda América andina no
hubo en el período colonial mercados regionales pues no existía posibilidad de
intercambio (las producción o disponibilidad de frutos y animales es totalmente
homogénea en toda la pampa). Por ejemplo, Sololá una ciudad en altiplano de
Guatemala tiene desde la época de la colonia un mercado semanal que recibe de
la costa que está cerca, camino abajo, pescado, café, cacao, papaya, mango, etc.,
del altiplano, camino arriba, llegan trigo, citrus, hortalizas, etc.
1.3. La Población
Distinguimos tres grupos
que participaron en la fundación y primera población de Buenos Aires:
1.
los Fundadores, los primeros pobladores de Buenos Aires, que por
lo que vimos fueron los fundadores y los pobladores tempranos;
2.
los Autóctonos, los indios que llegaron con Garay y los que se
sumaron a través del tiempo a la población de Buenos Aires;
3.
los Llegados, los inmigrantes que se incorporaron a la población en
cualquier momento luego de su fundación.
1.3.1. Los Fundadores [7]
Cuando
partió desde Asunción hacia Buenos Aires, Juan de Garay llevaba treinta años
viviendo en América; había llegado a los 14 años. La
expedición partió de Asunción el 5 de marzo de 1580: dieciocho hombres lo
hicieron por tierra arreando trescientos vacunos, quienes costearon la margen
izquierda de los ríos Paraná y Paraguay. Los restantes cincuenta soldados, con
sus mujeres e hijos y doscientos indios guaraníes con sus familias viajaron por
río a bordo carabelas y cuarenta balsas y numerosas canoas. El 29 de mayo,
llegaron al puerto de Buenos Aires, que se encontraba en la boca del Riachuelo
de los navíos, a la altura de la actual calle Hipólito Yrigoyen. La expedición
terrestre había perdido la mayoría del ganado y fue forzada a hacer posta en
Santa Fe, por lo que llegó una semana más tarde.
“Buenos
Aires, ciudad rara y excéntrica, se diferenció desde el principio por la
originalidad de no tener una población india. Los nativos locales se corrieron
al ser instalada y creció y se desarrolló sin influencia de la población
nativa.” [8]
1.3.2. De Los Llegados a Los Criollos
y a Los Mestizos
Los Fundadores
(fundadores y pobladores tempranos) constituyeron en calidad de “vecinos” la
clase llamémosla “alta” a la que se agregaron posteriormente los que
denominamos Los Llegados, conocidos en la época como “estantes”.
“Los Estantes: Como en las ciudades castellanas
hubo caballeros y villanos, en las indianas encontramos vecinos y estantes.
Estos eran hombres libres que carecían del derecho de ciudad. No puede, por no
tener el título de vecinos, adquirir propiedades ni encomiendas de indios, ni
formar parte del Cabildo, ni integrar la milicia. Viven del pequeño comercio al
menudeo, de las profesiones de letrados, escribanos, cirujanos, sacamuelas,
“soldados del presidio (la fuerza militar, permanente), menestrales de los
talleres de artesanía, o jornaleros en las chácaras rurales cuando escasearon
los indios encomendados y no bastaron, o no sirvieron, los esclavos traídos de
Brasil.” [9]
Los Fundadores formaron familia y tuvieron hijos
con las mujeres que los habían acompañado y con las indias de las familias
indígenas traídas desde Paraguay. Algo semejante ocurrió con los que se fueron
agregando a través del siglo XVII. El grupo social que surgió se denominó bien,
“criollo”, bien “mestizo”.
No está de más rescatar el significado de los dos
términos pues es habitual la confusión al respecto. Según el Diccionario de la
Lengua Española, “criollo” es el adjetivo que define al “hijo y, en general, de
un descendiente de padres europeos: nacido en los antiguos territorios
españoles de América y en algunas colonias europeas de dicho continente.” Por
su parte, el término “mestizo”, según el mismo diccionario, se aplica a la “persona
nacida de padre y madre de raza diferente, en especial de hombre blanco e
india, o de indio y mujer blanca.”
“La mayoría
de las grandes familias de los siglos XVI y XVII – los siglos de los Austria –
dejaron el primer lugar a otras llegadas más tarde, en la segunda mitad del
siglo XVII, pero mucho más a los largo del XVIII. …. La mayoría de la primera
era de origen andaluz y los de la segunda por el contrario, de la cornisa
cantábrica.” [10]
El mismo
Binayán cita a un testigo de la época, Milau, que en 1772 escribió: “Entre las
familias más sobresalientes de esta ciudad (Buenos Aires) no ha habido hasta el
presente, como en las demás de América, alguna condecorada con la dignidad del
título. Son originadas unas de la dependencia que han vivido allí, sirviendo
empleos militares o políticos; otras de muchos vecinos que les han dado una
asegurada subsistencia en posiciones y haciendas, que han adquirido con su
fortuna en el comercio y labranza o en sus frecuentes viajes al interior del
Perú. Estas casas, entroncadas unas con otras, son las que reputan por las de
mayor distinción, y se les están continuamente agregando al presente otras
nuevas de vecinos y forasteros, que fomenta el mayor comercio que goza este
país, principalmente de diez años a esta parte.” [11]
Los
españoles que llegaban a Buenos Aires debían localizarse en la periferia, fuera
del área donde vivían “los vecinos”, eran “los estantes”. El éxito económico
era el camino para acceder a ser “vecino”, habitualmente a través del
matrimonio con la hija de algún “vecino” con dificultades económicas. El yerno
recomponía las finanzas de la familia, pero este bienestar no alcanzaba a los
hermanos varones de la casada. Según algunos autores estos grupos de varones
constituían los gauchos que erraban por la pampa.
Un caso
paradigmático del paso de “estante” a “vecino” lo constituye el de Juan Esteban
Anchorena que llega de Corrella, país vasco, en 1765 con 35 años de edad. “… se
dedicó, en la pobrísima ciudad que era Buenos Aires en aquel entonces a una
actividad desprovista de fastos hidalgos y bien acorde con el medio
circundante, pues aparece como pulpero en 1767.” [12] Con los ahorros
que logra se inicia como prestamista exitoso y esto le permite acceder en 1775 a la familia López de
Anaya “vecinos” de la ciudad y casarse con Romana Josefa. Esta familia no tenía
conexión con el pasado americano a pesar de su buena posición social. Esa
inserción la logran recién los tres hijos varones de Juan Esteban en sus
casamientos en 1813, 1822 y 1824. [13]
“La integración entre el peninsular y el
patriciado tradicional se formalizaba mediante el matrimonio. … sólo se puede
ser uno de sus miembros (de la Clase Alta) si se pertenece a ella. … el
matrimonio consagra el ingreso del contrayente y sus hijos son, por su madre, descendientes
indistinguibles y, sobre todo, indistinguidos de los viejos ancestros.” [14]
Los
primeros pobladores eran en su mayoría andaluces, los que se agregan después
son vascos, santanderinos y gallegos que con su empeño y laboriosidad logran
reemplazar a los primeros vía la incorporación en sus familias casando a las
mujeres.
Como
resultado, Binayán Carmona afirma que en la actualidad existen sólo 15
apellidos de los fundadores. Y Lafuente Michain señala: “La constante
renovación de apellidos producida en el grupo dirigente, al punto de ser algo
excepcional el encontrar, ahora, familias con el mismo usado en Buenos Aires
por sus antepasados en el siglo XVII y conservando su misma situación social.
Lo corriente ha sido la renovación cada dos o tres generaciones.”
Binarán
Carmona lo corrobora afirmando: “En fin fuere como fuere, los vascos,
santanderinos y gallegos dieron una nueva fisonomía a la Clase Alta criolla y
la diferenciaron más racialmente, del pueblo común que tenía los mismos
antepasados del siglo XVI.”
Esta
nueva Clase Alta se consolida, como ya se dijo, en primer término con la
actividad económica y políticamente, actuando en la Junta Grande de 1810 y en
el Congreso de Tucumán en 1816. Este grupo social constituyó la Clase Alta
de Buenos Aires y, como veremos, luego se le agregarán otros grupos sociales.
Estos grupos sociales se integraron a través de distintas formas, siendo la más
frecuente el matrimonio.
2. El Desarrollo
Económico de Buenos Aires
Buenos
Aires era una ciudad pobre.
A
la falta de recursos naturales y animales se agregaba su localización
geográfica y la situación marítima que habían bloqueado su desarrollo. Los
primeros barcos que España había enviado con suministros a sus colonias
ultramarinas fueron presa de ataques piratas. Para impedir ello, se diseñó una nueva
ruta comercial: los barcos provenientes de Cádiz viajaban acompañados de un
convoy de embarcaciones militares de protección, descargaban sus productos en
el istmo de Panamá, los llevaban a lomo de mula hasta el Océano Pacífico, de
allí eran embarcados nuevamente y llevados a Lima. Desde Lima llegaban a las
demás poblaciones, incluyendo Buenos Aires. Dicho sistema, aunque solucionaba
el problema de los piratas, encarecía sobremanera los productos por los gastos
de su traslado.
Este
sistema de cargas enviaba barcos únicamente a Cuba y Panamá. Buenos Aires era
marginado, y sólo era visitado cada uno o dos años por navíos de registro.
Pasaron incluso, a veces, lustros sin visitas de navíos de registro al río de
la Plata.
Como
resultado de lo expuesto en el Punto anterior, los porteños no tenían acceso a productos
básicos para su subsistencia y bienestar (desde alimentos y ropas hasta muebles
y vajilla), ni contaban con los materiales, medios y/o las técnicas para producirlos.
De esta carencia y penuria, surgió el contrabando.
El
contrabando provenía principalmente del actual Brasil, por entonces colonia de
Portugal. Oficialmente dicho comercio era ilegal, ya que las ciudades de las
colonias españolas sólo estaban autorizadas a comerciar con su metrópoli, pero
por la situación de necesidad mencionada, los gobernantes locales no solían presentar
trabas a su realización. Los productos ingresados de contrabando a Buenos Aires
se distribuían luego a Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Jujuy, Salta, La
Rioja y Catamarca.
El
contrabando era pagado con el cuero que se obtenía de la explotación del ganado
salvaje. En un principio, el cuero era el único producto que se aprovechaba, el
resto de la res, carne, grasa y hueso, era desperdiciado.
El
contrabando tuvo un rol importante en las luchas políticas que coincidieron con
el surgimiento del Estado Argentino. Los principales grupos de poder eran las
autoridades políticas y los comerciantes que se beneficiaban con el contrabando
(el más notorio de ellos fue Martín de Álzaga) y los grupos independentistas. Los
comerciantes se oponían a que se abriera el comercio a otros países, mientras
que los independentistas, influenciados por las nuevas ideas del liberalismo,
sostenían que éste debía permitirse.
Nuevas
oportunidades se les presentaron a los comerciantes afincados en Buenos Aires
en la segunda mitad del siglo XVIII. Fue en este período que este puerto, que
había sido por largos años un centro de contrabando por donde ingresaban
mercancías europeas y salían exportaciones clandestinas de metal precioso,
comenzó a afirmarse definitivamente como “mercado, polo de arrastre y centro de
distribución de un vasto conjunto regional” que extendía su influencia desde el
Paraguay hasta Chile. [16]
La
expansión de las redes mercantiles que tenían por centro a los comerciantes de
Buenos Aires puede seguirse bien en la trayectoria comercial de Juan Esteban Anchorena.
La correspondencia que Anchorena ha dejado indica que para mediados de la
década de 1750 ya se había lanzado a operar por su cuenta. En 1757 poseía
vínculos mercantiles en el interior, en especial en Córdoba, donde colocaba
productos importados (vino, tabaco, manufacturas de metal) y compraba productos
de la tierra (ponchos, frazadas). [17] Para entonces ya había
incursionado en la compra de cueros en el litoral del río Uruguay, y algunos
años más tarde, en 1765, también aparece registrado como propietario de un
comercio minorista en Buenos Aires. En la segunda mitad de la década de 1760 la
escala de las operaciones de Anchorena creció a ritmo sostenido, seguramente
gracias a que la suerte lo acompañó en su ingreso pleno en el lucrativo
comercio mayorista a distancia. A lo largo de la década de 1760, Anchorena
realizó viajes regulares al interior (Salta, Jujuy) y al Alto Perú, extendiendo
sus redes comerciales hasta Lima [18]. Para comienzos de la
década de 1770 se había convertido en un importante mercader, cuyos vínculos
comprendían plazas comerciales en todo el virreinato del Perú (Chile, Paraguay,
Alto Perú, el Río de la Plata) y llegaban hasta España, incluyendo también
mercados en Inglaterra, Francia y el Caribe. [19]
Otra
situación que se da es la de los habitantes de Buenos Aires que poseían el capital
necesario para comprar los cargos y entraban a formar parte de la administración,
concentrando de esta manera el poder político y el socioeconómico, formándose
de esta manera una elite con importantes poderes, Gelman la define "...
como los sectores que concentran en un grado más alto el poder, la riqueza y
los honores en las ciudades hispanoamericanas, no tienen por ello mismo un solo
rasgo que las caracterice, sino que reúnen un vasto conglomerado de actividades
y atributos. La riqueza era una condición sine qua non para poder acceder a la elite, pero esta se
consolida con el poder y el honor y a su vez con la diversificación económica,
que permitía conservar, algo más tranquilamente, la riqueza obtenida
generalmente a través de la riesgosa actividad comercial.”
Resumiendo,
el desarrollo económico de Buenos Aires estuvo vinculado en primer término al
contrabando que generó recursos para una segunda etapa que se concretó con un
importante grupo de comerciantes exitosos, descendientes de los primeros Criollos
a los que se agregaron posteriormente lo españoles que fueron llegando y se
integraron a sus familias.
2.2. El Campo y los Cultivos
Los
descendientes de los primeros Criollos y que se convirtieron en exitosos
comerciantes son visualizados como los promotores de desarrollo rural del país.
Sin embargo como bien dice Víctor Luis Funes “La mayoría de los protagonistas
de la actividad agropecuaria, incluidos los grandes estancieros y los
principales cabañeros, no procede de la colonia, ni de la gente que tuvo una
actuación relevante después de 1810. El conjunto más sobresaliente, como los
fundadores de la Sociedad Rural Argentina, vino del exterior sin recursos y a
fuerza de sacrificios y talentos prácticos logró acumular patrimonios
importantes e indirectamente enriquecer a nuestro país. A título de ejemplo
recordaré a Casado del Alisal, Amadeo, Santamarina, Mihanovich, Casey, Estanguet,
Stegmann, Temperley, Martínez de Hoz, Alvear, etc., que sobresalen sobre todo a
partir del 80.” [20]
A
este grupo líder exitoso sí se sumaron los descendientes de aquellos Criollos
ampliando un proceso que se inició con la cría de ovejas. En cuanto a los
cultivos, el clima definía cultivos anuales de clima templado, con baja
utilización de mano de obra.
En
el año 1550, con las corrientes colonizadoras llegaron los primeros ejemplares
de raza ovina. Los cambios en estos animales,
los transformaron en lo que hoy es la "Raza Criolla". Son animales de
bajo peso de vellón y productores de pelo. En el año 1813 se realizó la primera
importación
de 100 ovejas con sus respectivos carneros, procedentes de España,
así fue como comenzó nuestra actual ganadería
ovina. En los años 1825-1826, en la presidencia de Bernardino Rivadavia, se
traen al país 200 ovejas Merino.
En
la década del 40 los criadores comenzaron a industrializar el sebo, también la
carne ovina en las localidades vecinas. En 1844, R. Newton,
introduce el alambrado eléctrico, con lo que se evita la dispersión de las
majadas y se puede mejorar la explotación. Durante la década de 1850, la
ganadería ovina seguía expandiéndose. En 1865, se dio la llamada "fiebre
del lanar" los rebaños se multiplicaban, la producción crecía, las exportaciones
alcanzaban cifras cada vez mas altas; Bélgica, se convirtió en el principal
comprador de lana del Río de la Plata. Así la ganadería vacuna, una actividad
difundida en la provincia, había sido superada por la cría de ovejas.
Resumiendo,
[22] durante las décadas de
1850 y 1860, el veloz desarrollo de la ganadería ovina aceleró el proceso de
organización capitalista en la pampa argentina. Los ingleses que llegaron al
país, actuando en el comercio, ferrocarriles, bancos y puertos, una vez formado
un capital lo invierten en ovejas y traen del Reino Unido pastores irlandeses y
escoceses. Son lo líderes en la cría de ovejas, actividad atractiva que
requería menor capital
que la ganadería vacuna, Parte de estos ingleses exitosos se integran a la
Clase Alta, primero asociándose comercialmente con los descendientes de Los
Criollos y por fin a través del matrimonio.
2.4. La consolidación de
la Clase Alta y su comportamiento
Los
procesos que hemos presentado expandieron, ampliaron y consolidaron la Clase
Alta de Buenos Aires. Con el aumento de ingresos estas familias dejan los
hábitos y prácticas que venían de la época colonial (tertulias, bailes en las
casas, etc.) e incorporan nuevas conductas.
Los
hombres escapan del Club del Progreso – ámbito social de las mujeres, y de
bailes que apasionaban a las jóvenes – y crean el Círculo de Armas y el Jockey
Club, reservados sólo para ellos. Las mujeres fundan y conducen obras de
caridad estableciendo nuevos espacios para salidas y encuentros.
Las
familias inician los viajes a Europa y se apasionan por ellos. Alquilan y
algunas construyen sus casas allí, puntualmente en París que es foco de todos
los viajes. Aunque algunos autores lo sugieran, muy pocos estudian formalmente
en Francia, ni traen títulos de sus universidades. Los intereses son otros: las
compras, la moda y el arreglo de matrimonio para las mujeres; la diversión para
los hombres, desde el turf hasta los espectáculos.
2.4.1. En busca de maridos
A
fines del siglo XIX, el dólar enceguecía a los nobles europeos. Con sus
castillos hipotecados o en creciente estado de abandono, buscaban en las ricas
herederas norteamericanas el remedio para sus males. El primer gran golpe lo
dio la hija del rey de los ferrocarriles norteamericanos. Anna Gould había
heredado de su padre la fabulosa suma de trece millones de dólares y, en 1896,
se casó con el conde francés Boni de Castellane, lo que dejó boquiabiertos a
los norteamericanos.
La
Argentina próspera de 1900 no escapó a la captura de nobles europeos.
Tendríamos que haberlo dicho al principio de este Punto: la historia muestra
que fueron las mujeres ricas argentina quienes consiguieron nobles europeos
como maridos, se dieron muy pocos casos de millonarios argentinos que casaran
con europeas con título.
Todos
los años, madres voraces por títulos nobiliarios reservaban en los
transatlánticos sus camarotes de lujo para trasladarse a París y salir a la
caza de algún duque arruinado. Sin embargo, no les era fácil. Las fortunas
argentinas eran considerablemente menores a las norteamericanas. Los primeros
logros estuvieron a cargo de Leonor Martínez de Hoz que se casó en 1899 con el
barón Hjalmar Carlos von dem Busche Haddenhausen, canciller de Alemania, y la
hija del matrimonio, Matilde, lo hizo luego con el príncipe Ulrich Kinsky,
descendiente de una familia bohemia del siglo XIII. El actual príncipe Kinsky,
Franz Ulrich XI, vive entre Buenos Aires y Córdoba, donde organiza excursiones
de caza en sus campos para turistas europeos y norteamericanos. Otra Martínez
de Hoz, Carolina, se casó en primeras nupcias con el príncipe Georges Maziroff,
edecán del zar Nicolás II de Rusia, y en segundas nupcias con el conde Luis von
Luxembourg, embajador de Alemania en la Argentina.
Este
proceso tiene máxima expresión 10 años después con el casamiento de tres
hermanas Keen. Magda Keen, que sin ser una belleza, encantó – no se sabe si por
sus atributos o por su fortuna – a un noble italiano de una prestigiosísima
familia napolitana, el conde Godofredo Gaetani Dell’Aquila d’Aragona. El 22 de
enero de 1908 se casaron en Roma con pompa y esplendor. Ignoramos a cuánto
ascendió la dote que entregó su padre Jorge Keen, aunque sospechamos que debe
de haber sido significativa. Habría más, mucho más para la familia. Otras dos
hijas de don Jorge no se quedaron atrás y, en alguno de los periódicos viajes
de la familia, conocieron a dos nobles italianos: el conde Lovatelli y el marqués
Marignoli – este último con un deslumbrante palacio en Spoletto – y después de
arduas negociaciones con don Jorge para definir la dote, terminaron en el
altar.
A
través de los años se dan numerosos casos. María Elisa Bosch Alvear se casó con
el marqués Christian de Kerhue, y con el baile que ofrecieron sus padres para
presentarla en sociedad se inauguró el palacio de la familia en París, que hoy
es la sede de la embajada de Estados Unidos en Francia. Margarita Casado Sastre
se casó con el tercer vizconde de Oña, Pedro del Corral. Dolores Cobo Salas
contrajo matrimonio con Vicente Macchi, conde de Cellere. Josefina de Atucha
Llavalol se casó con el marqués Pierre de Jaucourt y una de las hijas de la
pareja, Laurette, lo hizo luego con el barón Charles-Henri de Levis-Mirepoix.
Ignacia del Carril, se casó con el conde de Orlowski mientras Florinda
Fernández Anchorena fue esposa del conde de Castellane.
Tal
vez el caso más destacado sea el matrimonio de Juana Díaz Unzué con el duque de
Luynes. Ella era más conocida como Juanita Díaz, había nacido en San Fernando
en 1914 en una humilde familia y era hija adoptiva de Saturnino Unzué, uno de
los hombres más ricos de la Argentina. Otro personaje que se relacionó con la
nobleza, en este caso británica, fue Miguel Angel Cárcano, embajador argentino
en Gran Bretaña. Dos de sus hijas se casaron con miembros de las familias
británicas más renombradas. Stella lo hizo en Londres en 1946 con lord William
Humble David Ward, vizconde de Ednam, algo que la prensa inglesa consideró como
el casamiento del año. Otra de las hijas de Cárcano, Ana Inés Isabel, se casó
en Londres en 1944 con lord John Jacob Astor, hijo del segundo barón y segundo
vizconde Astor, Waldorf, célebre millonario dueño de diarios y del hotel
neoyorquino Waldorf Astoria.
La
familia del cervecero alemán Bemberg tuvo dos logros: María Francisca
Bemberg contrajo matrimonio con el conde
Carlos de Montalembert y María Rosa Bemberg con el marqués Hubert De Ganay.
Ambos nobles integraron la empresa de manera eficiente y multiplicaron los
ingresos familiares.
3. Los Inmigrantes
3.1. Los Inmigrantes de
afuera
Según
el primer censo de 1869, el país
contaba con 1.877.490 habitantes, de los cuales 160.000 habían llegado de
Europa en la década inmediatamente precedente. La inmensa mayoría de los
primeros inmigrantes se dedicaron a tareas agrícolas; eran en su mayoría
agricultores de origen, y estaban atraídos por la promesa de distribución de
tierras en los inmensos despoblados. Sin embargo, para 1885 la mejor parte de las
tierras públicas se había vendido ya, dando origen a enormes latifundios en
la pampa húmeda, por lo que sólo la parte más pudiente de los que
se radicaron en la región pudo disponer de terreno propio.
La
alternativa era trabajar con contratos de arrendamiento. Estos eran de corta
duración, no más de cuatro o cinco años, en los que el colono estaba obligado a
labrar la tierra y devolverla plantada al vencimiento del contrato. Esto
provoca el traslado a las ciudades, especialmente Buenos Aires.
El
volumen de la inmigración, constante desde mediados del siglo XIX hasta
finalizado el primer cuarto del XX, significó en términos demográficos que la
población argentina se duplicara cada veinte años. En el padrón nacional, según
el censo de 1914 del INDEC, los nacidos fuera de la Argentina representaban un
30% del total de la población argentina. Según el censo de ese año en la ciudad
de Buenos Aires más del 60% de la población eran inmigrantes, en su
mayoría de origen europeo [23]. Entre estos
predominaban los italianos (68,5% de los cuales se afincó en Buenos Aires)
y españoles (78%).
Hacia
1895, la población argentina que vivía en centros urbanos alcanzaba el 42%, y
para 1914 había superado la mitad de la población, llegando al 58%. Esta
relación se debía en buena medida a los inmigrantes; frente a su participación
de un 30% en la población del país, en Buenos Aires eran el 50% — un millón de
los dos con que contaba la capital — y en otros núcleos urbanos llegaban a ser
cuatro de cada cinco.
Instalados
en las ciudades, los inmigrantes se integran en los sectores
secundario y terciario de la economía nacional. La construcción
del ferrocarril les
representó una importante fuente de trabajo, pero muchos de los mismos se
abocaron al comercio y a la artesanía. El sector industrial reclutó sus
principales impulsores de entre ellos; de los 47.000 industriales que
registraba el censo en 1914,31.500
eran de origen foráneo. Esta expansión de la población urbana traicionó la
extendida concepción del país como reservorio agrario: siempre según las cifras
de 1914, sólo el 29% de la población activa estaba empleada en el sector
primario, mientras que la industria daba trabajo al 35% y los servicios al 36%.
Con
pocas excepciones los inmigrantes de afuera no se integraron con la Clase Alta
de Buenos Aires. Si algún autor dice lo contario sustentándose en el caso de
los Pellegrini o en el de los Devoto, la realidad es otra. Si tenemos la
paciencia de analizar hoy los avisos fúnebres de la Clase Alta publicados en La
Nación comprobamos rápidamente lo dicho. Por ejemplo el 2 de mayo de 2012
falleció María E. Duhau Avellaneda y en las tres columnas de avisos es difícil
encontrar un apellido italiano, no sólo de un pariente, sino de un amigo o
conocido.
También
es destacable que la Clase Alta cuando ocupó el área norte de la ciudad lo
hizo, en general, con edificios de estilo francés, construidos en muchos casos
por arquitectos o constructores italianos. Mientras, los españoles e italianos
de San Telmo, Montserrat y hasta Flores presentan magníficos ejemplos del Art
Deco y Racionalismo en sus barrios y en el centro de la ciudad [24].
3.2. Los Inmigrantes de
Adentro [25]
La
crisis mundial de 1929 impactó fuertemente en la actividad agroexportadora y
generó una fuerte migración a la ciudad. La nueva y aluvional migración,
primero del interior y poco más tarde de los países limítrofes, fue trastocando
una ciudad cuya etnicidad netamente europea casi no tenía parangón en la
América iberoamericana. Halperín Donghi describió admirablemente el fenómeno,
al decir que las nuevas masas se establecieron en torno al viejo núcleo
“poniendo silencioso sitio a la ciudad”
De
este modo, Buenos Aires se convirtió “... en otro escenario de las tensiones generadas
por la rápida incorporación social y política de los trabajadores. Las
elecciones de 1946 pusieron en relieve la polarización de las opiniones
políticas, que oponía el centro y los barrios residenciales a los suburbios
industriales. Esta oposición se prolongó luego en un conflicto de carácter
cultural, por el cual la ciudad reaccionó frente a [...] la llegada de los
migrantes internos” [26].
Para
Alberto Ciria, el 17 de octubre de 1945 representó y presagió la profunda
división de la ciudad, es decir, entre lo nuevo y lo viejo [27], a la vez, resulta una
de las consecuencias del surgimiento del peronismo: el inesperado y traumático
reacomodamiento de las clases altas y medias. Desde su perspectiva, el 17 de
octubre fue símbolo para ambas partes, y generó un nuevo y más nítido “ellos” y
“nosotros”. Así, la gran dicotomía argentina que ya había observado Martínez
Estrada antes de esta segunda ola de migrantes – “la tierra del blanco” porteña
y el “mundo oscuro y antiguo” del interior [28] – terminó expresándose en
la metrópoli nacional
Pero
no fue sólo la clase obrera la que marcó a la Buenos Aires de mitad de siglo.
En este período, y por algunas décadas más, se consolidó el auge de su clase
media, cuya proporción sobre el total de la población creció ininterrumpidamente
desde 1930 y hasta 1970. Muchos fueron los síntomas de este fenómeno, en ese
entonces único entre las metrópolis de la región. Por ejemplo, la
multiplicación masiva de estudiantes en todos los niveles, pero más que nada en
la universidad: de 10 mil estudiantes en 1930 se pasó a 200 mil en 1975 [29].
La
dictadura iniciada en 1976 actuó sobre el creciente problema de la miseria sin
privarse de los métodos que caracterizaron su accionar en las otras
dimensiones. En 1977 se dio inicio a una política de erradicación de villas en
la Capital Federal. El objetivo fue casi cumplido: cientos de miles de
“villeros” y de inquilinos desalojados fueron expulsados al Conurbano. Para el
final de la dictadura, la población de las villas capitalinas había disminuido
de 200 mil personas a 12.600. El retiro del estado redundó en la multiplicación
de escuelas y sanatorios particulares e incluso en el surgimiento masivo de la
seguridad privada. Los shoppings simbolizaron los nuevos ámbitos de interacción
social y los countries y barrios cerrados terminaron de dar formar a la vida
segmentada.
4. Primer Resumen
Volvamos
a la frase con que iniciamos este documento y que queremos explorar en cuanto a
su aplicación para nuestro país: “Los hispanos pueden determinar quién ocupará
la Casa Blanca”.
Corresponde,
antes de continuar, hacer una reflexión luego de lo expuesto en los Puntos
anteriores. Cuando se dice “hispano”: se habla de una clase ?, de una raza ?, de
una etnia ?
Veamos las definiciones.
Clase: Orden o número de
personas del mismo grado, calidad u oficio o también, orden en que, con arreglo
a determinadas condiciones o calidades, se consideran comprendidas diferentes
personas o cosas.
Etnia: Comunidad humana definida
por afinidades raciales, lingüísticas, culturales, etc.
Raza: Cada uno de los grupos en
que se subdividen algunas especies biológicas y cuyos caracteres diferenciales
se perpetúan por herencia.
Numerosas
publicaciones nos enteran que los especialistas han concluido, casi
unánimemente, que existe una sola raza, la raza humana, y que no es una
categoría válida para clasificar a una población.
Aceptando
entonces como categorías de clasificación de los hombres a: i) la clase y ii) la
etnia, tratemos de aproximarnos a la población de Buenos Aires desde esta
perspectiva.
4.1. Resumen de las
clases sociales en Buenos Aires
Cuáles
son las clases sociales que hubo en Buenos Aires y que hay actualmente ?. Cómo
nacieron, cómo evolucionaron, cuáles son sus características ?
Estas
y muchas otras preguntas provocan respuestas incompletas y en algunos casos
equivocadas o viciadas por la ideología de quien las da. El temor a usar
términos y frases que pueden insinuar la descalificación de una clase o grupo
lleva a la utilización de eufemismos y resultar, por fin, en el tratamiento
superficial del tema. Es decir, la extensión del término correcto a
significados peyorativos bloquea de alguna manera el uso y aplicación del
mismo, por ejemplo, el adjetivo “negro” aplicado a un grupo social.
Luego
de estas consideraciones, conviene iniciar estas reflexiones con una
aseveración:
-
la definición de clase social
resulta de los criterios que sigue la clasificación.
Esta
definición que parece evidente, no es habitualmente considerada, provocando clasificaciones
viciadas y equivocadas.
Cuándo
leemos “el 3 % de la población de tal ciudad es de clase alta”, que se quiere
decir ?
La
definición de clases según el nivel económico de las mismas es la más simple e
inequívoca. Si la frase citada se refiere al nivel económico de los habitantes
de esa ciudad y se han utilizado correctamente los datos económicos de las
familias para su clasificación, no hay duda que ese 3% corresponde a la
población con los mayores niveles de ingresos.
Pero
la utilización del término “alta” hace suponer la utilización de otros factores
para llegar a esta definición. En particular de factores sociales. En Estados
Unidos no se utiliza tanto la clasificación “alta” o sus sinónimos, sino
términos asociados al ingreso. Por ejemplo:
-
rich, middle class and poor,
y también
-
super rich, rich, middle class, working class and poor,
Estos
términos vinculados al ingreso en dinero no admiten equívocos sobre la posición
de cada uno en las escalas que son definidas precisamente en cuanto al rango de
ingreso y que se expresan claramente. De manera diferente. como dijimos, la
utilización de términos “alta” y “baja” incluye la utilización de factores
sociales: educación, prestigio social,
etc.
Vamos
a Buenos Aires.
Como
vimos en las páginas anteriores, tenemos en Buenos Aires:
-
los descendientes de los españoles y criollos que llegaron en
primer término con Garay y los españoles que se agregaron al poco tiempo y
conocidos como “pobladores tempranos”. Según Binayán Carmona hoy hay sólo 15 familias
descendientes de este primer grupo,
-
los españoles y criollos que llegaron de Paraguay venían con
indios de aquella zona, los descendientes de estos indios y de los mestizos que
seguramente nacieron de su relación con españoles y criollos integran este
segundo grupo,
-
los descendientes de los inmigrantes españoles – primero andaluces
y después vascos – que se agregaron a los primeros pobladores como “vecinos” en
la periferia de la ciudad y de quienes surgieron dos grupos:
o
los que lograron hacer fortuna y a través del matrimonio, ellos o
sus hijos, se integraron a las familias de los primeros pobladores, por ejemplo
los Anchorena,
o
y los que no hicieron fortuna y fueron la mano de obra de los
otros grupos sociales y que más adelante se integrarán como clase a otros
grupos que conforman los estratos medios en cuanto a fortuna e ingresos,
-
los más capaces y activos de estos grupos de porteños integran los
primeros gobiernos patrios y otros se mantienen fieles a la corona española
(caso Alzaga). Los descendientes de los primeros podrían recibir el nombre de “familias
patricias”: Saavedra, Moreno, Belgrano. Los segundo constituyen el grupo de
familias aristocráticas de Buenos Aires: Alzaga, etc. (entendemos acá y de acá
en más a aristocracia en el sentido que le da el diccionario como “clase que sobresale entre las demás por alguna
circunstancia”,
-
los que tuvieron gran éxito económico en el siglo XIX y que se
integraron a la clase alta de Buenos Aires. Por ejemplo, los Santamarina que
tenían tropas de carretas. Fueron no sólo descendientes de españoles, criollos
y mestizos sino también de ingleses (Torquinst, Temperley, Bullrich) que
hicieron fortuna con el puerto, los bancos y el ferrocarril y por fin con las
ovejas, y descendientes de los irlandeses que llegaron como pastores y
crecieron económicamente de manera significativa (Lynch, Kavanagh, Duggan, etc.),
-
los descendientes de los europeos (en particular de españoles,
italianos y judíos) que llegaron a fines del siglo XIX y principios de XX y que
conformaron la gran clase media porteña,
-
no podemos dejar de lado como lo hemos hecho hasta aquí a los
negros y sus descendientes, Llegados como esclavos, el censo de 1806 registra
que en ese momento el 30,1 % de la población era de origen africano. Esta cuota
cae significativamente a través del siglo XIX y el censo de 1887 informa que
sólo 1,8 % de la población era de origen africano.
-
los descendientes de los indios que fueron pocos en Buenos Aires
hasta que durante el proceso de industrialización de los años 40 liderado por
Perón, ocupan el Gran Buenos Aires. Este grupo que denominamos correctamente
indio por su origen y ascendencia fueron conocidos como “negros” y como
“cabecitas negra”. Son la mano de obra de la construcción y de las industrias y
que ocupan cargos como vigilantes en la policía y como suboficiales de las
fuerzas armadas. No hay vigilantes rubios, ni tampoco de ojos grises o azules.
5. Las Clases Sociales en
Argentina y en otros países
Como
contraparte de lo anterior, el material que he encontrado escrito y publicado
por alguien de clase alta y que tenga como sujeto la clase a la que pertenece
es llamativamente escaso. Tampoco he obtenido referencias de publicaciones
pasadas. La publicación que he ubicado y que es realmente valiosa por su
contenido y presentación es”1889 – 1939 Argentina los años dorados” de Alberto
Dodero y Philippe Cros. Dodero, emparentado con familias de clase alta, convoca
y logra páginas valiosas de personas de esa clase (por ejemplo, de quien
aparece como Princesa Napoleón Murat y que es Inés de Luynes hija de Juanita
Díaz la hija adoptiva de Saturnino Unzué) y de estudiosos (por ejemplo, María
Saénz Quesada con una lograda crónica de las estancias argentinas). La obra
presenta también material fotográfico de gran originalidad y valor. Parte de
este material es, seguramente, de las familias que lo han facilitado.
Como
destaqué la falta de bibliografía sobre la clase alta, no quiero dejar de citar
un libro – el único que he hallado - publicado este año por Laura Estrada, Así
somos, que presenta una crónica radiante de sus antepasados con algunas
adiciones entendibles. No es un análisis de clase sino una crónica familiar de
recuerdos valiosos para la autora.
No
quiero dejar de decir que existe bibliografía sobre las clases altas argentinas
de varios autores como Sebrelli, Majul, Losada, etc. Me ha sido imposible tener
acceso a una publicación o página en Internet con listado de apellidos de la
clase alta argentina. La única referencia son las Guía sociales que con
distintos nombre aparecieron a través del tiempo en Buenos Aires y que son
vendidas, no en librerías, sino por sus editores.
6. Clases
sociales y sus características en Buenos Aires
Volviendo
a Buenos Aires. No está disponible una clasificación social de Buenos Aires ni
de antes, ni de ahora. Es posible sí afirmar que el famoso “crisol de razas” como
se la llama tradicionalmente a Buenos Aires, no existe, ni existió. Los mayores
grupos sociales se mantienen separados y aislados del resto y dentro de esos
grupos se dan subgrupos.
Hoy
el registro de esta situación se hace difícil. En la primera mitad del siglo XX
existían revistas y columnas de diarios que se ocupaban de las clases altas. La
revista Plus Ultra primero, luego El Hogar[30]
y Atlántida, hasta los años 50, se ocupaban en detalle de las actividades y
acontecimientos sociales de esas familias. La Prensa y La Nación en sus
columnas sociales diariamente, desde Buenos Aires y desde los lugares de
veraneo, acompañaban a la clase alta. El Hogar durante cinco años, de 1942 a 1947, publicó 142
artículos titulados “orígenes y linajes argentinos” dedicados a las genealogía
de otras tantas familias.
6.1. Las clases y la
arquitectura
Una
curiosa situación se da en Buenos Aires a diferencia de lo ocurrido en otras
ciudades de América Latina, en particular es aquellas donde la colonización de
España fue notoria, sea México, Colombia o Perú. La separación con la cultura
española es notable, situación explicada en parte por la poca importancia que
el Río de la Plata tenía para el Imperio y también sustentada en los intereses
económicos de los habitantes de la ciudad que colisionaban con las
disposiciones que llegaban del otro lado del Atlántico.
“La
modesta ciudad que apenas había evolucionado durante sus primeros tres siglos
de vida no sólo se convirtió entonces en una moderna metrópolis sino que además
se consolidó como uno de los principales focos culturales de América Latina. La
generación del ´80, la elite política e intelectual que sentó las bases de la
moderna república, basó su política de desarrollo en tres pilares: cultura
francesa, comercio inglés e inmigración europea, y la arquitectura jugaría un
papel clave en el proceso. … En cuanto a la arquitectura doméstica, el
aristocrático «petit chateaux» que reemplazaría en las clases altas a la
colonial casa de patio también adoptó formas francesas.”[31]
Por
otra parte el análisis de la arquitectura de las clases altas nos depara otra
sorpresa: “el Art Nouveau no fue adoptado por la arquitectura oficial, ni en
las residencias burguesas”.[32]
Y si hoy recorremos Buenos Aires veremos notables expresiones de Art Nouveau y Art
Deco en lo barrios de Montserrat, San Telmo, Flores y Caballito donde vivían y
construían los EUROPEOS.
Los
palacios – algunos de los cuales aún subsisten – fueron diseñados en su mayoría
por arquitectos que residían en Francia y no conocieron Buenos Aires. Una
notable excepción fue Alejandro Christophersen, que mencionamos más adelante, y
que construyó varias de las más importantes mansiones de la ciudad.
6.2. Las clases sociales
y los colegios
También
los colegios eran una parte importante de la definición de clase. Haber “ido” a
“La Santa Unión” (el más tradicional de los colegios de niñas) definió en su
momento a los grupos más diferenciados. El nombre completo del colegio era
Colegio de la Santa Unión de los Sagrados Corazones con domicilio en Esmeralda
739. La congregación de monjas llegó el país en 1882 y construyó el colegio en
la misma década de 1880. Alejandro Christophersen, el exitoso arquitecto
noruego afincado en Buenos Aires, construyó en 1899 la capilla contigua al
colegio y con frente en Córdoba 776.
“Las
del Santa Unión” fueron continuadas, ya en los primeros años del siglo XX, por
las que “fueron al Sacre Coeur” (con la característica única de tener todas la
alumnas y exalumnas una caligrafía totalmente uniforme). La historia que se
dispone de la actuación de esta orden es incompleta. Sabemos que en 1882
adquirieron 20.000
metros cuadrados en Almagro, sobre las calles Hipólito
Yrigoyen, Avenida La Plata, Muñiz y Venezuela y que dos años después inauguran
el colegio con 24 alumnas que “llegan del Colegio de Río Bamba, el actual
Colegio La Salle”. Es de suponer que en esos años construyen el colegio de
Callao y Juncal que fue vendido en 1970 (esta venta provocó algunos problemas
legales, supuestamente de los herederos de quien donara el terreno). Ya en 1898 habían recibido importantes
donaciones de las familias Guerrico y Cullen.
Más
permeables en cuanto a incorporación de clases sociales fueron después el Jesús
María y el Mallinkrodt. Las monjas del Jesús María llegaron en 1912 y en 1927
inauguraron en colegio en Quintana y Parera, lo cual era una definición en
cuanto a quienes serían sus alumnas. A los pocos años se trasladan a Juncal al
1100 para ampliar sus instalaciones.
En
1930 la Congregación de Religiosas de la Asunción abren el Colegio de la
Asunción en la calle Ocampo 2840 con frente también sobre la Avenida Alvear.
Este colegio captura a las clases altas del Palermo, Barrio Norte y de Barrio
Parque. En 1969 presas de motivaciones de justicia social, y, como lo hacen
otras órdenes, las monjas de la Asunción venden el colegio y se trasladan al
Gran Buenos Aires abriendo otro colegio. La Fundación San Martín de Tours se
hace cargo de la vieja Asunción.
Los
colegios de varones no presentan ni el número, ni la diversidad vista en los
párrafos anteriores para los colegios femeninos. Durante años el Colegio
Nacional Buenos Aires fue el destino de los herederos de la clases altas. A
esta elección no fue ajeno un proclamado ateísmo de los hombres de las
familias. Con los años esta elección se supera con la reaparición de los
jesuitas – habían sido expulsado en 1848 y vuelven 1868 con la fundación del
colegio del Salvador –, valorados por la capacidad intelectual de sus
integrantes. Los Hermanos de las Escuelas Cristianas en 1891 abren el La Salle
y los Hermanos Maristas se hacen presentes en 1914 en la avenida Las Heras con
el Champagnat, un colegio que privilegiaba las relaciones sociales. En la época
completaban la mejor oferta educativa, colegios de la comunidad inglesa a la
que concurrían muchos hijos de familias de origen europeo, no sajón.
6.3. Las clases sociales
y las universidades
Hasta
1955 existían en la Argentina seis Universidades Nacionales. Al año siguiente
se permite la apertura de universidades privadas y en la etapa 1956 – 1970 se
crean las primeras veinte instituciones privadas del país. En 2011 había 56
universidades estatales y 59 privadas.
En
2009 los estudiantes en universidades del Estado eran 1,3 millones y en las universidades privadas
llegaban a casi 340 mil.
La
creación de las universidades privadas significó un flujo de profesores de las
universidades públicas hacia aquellas atraídos por mejores sueldos y
condiciones de trabajo. Con la expansión del sistema universitario privado de
enseñanza este proceso se repitió: surgieron universidades mejor equipadas,
brindando una enseñanza diversificada y especializada en instalaciones modernas
y localizadas en áreas de altos ingresos. Estas unidades absorbieron al mejor
cuerpo docente y lograron una posición competitiva privilegiada.
Por
fin y como resultado de este proceso, las clases de menores recursos tienen un
acceso limitado a la educación universitaria y, consecuentemente, su campo
laboral es reducido. No hay estudios que lo convaliden, pero la presencia de
indios en profesiones con título terciario, es muy escasa. De hecho, el
funcionamiento de las familias de indios muestra la falta de dedicación a la
formación y capacitación de sus componentes y el privilegio que se da por parte
de sus componentes a expresiones deportivas y de diversión.
6.4. Deportes en la
clases sociales
El
Automóvil Club Argentino y el Touring Club Argentino fueron fundados en Buenos
Aires a principios del siglo XX por miembros de la elite porteña interesados en
los transportes modernos. En 1910 había 4800 automotores en Argentina, en 1921
ya eran 75.000. El ACA, que fue fundado en 1904 por un pequeño sector de la
elite porteña entusiasta del automóvil siguiendo el modelo de los clubes
europeos y norteamericanos surgidos poco antes. Los objetivos de sus fundadores
consistían principalmente en propender al disfrute de sus automóviles, que por
esos años eran máquinas raras, muy caras y tenían una finalidad
fundamentalmente recreativa.[33]
El
polo, por sus propias características, surgió como deporte de las clases más
acomodadas. Iniciado y desarrollado por ingleses, recién en 1926 el Hurlingham
Martin Iron se convirtió en el primer equipo integrado por argentinos nativos ganador
del Abierto Argentino. Hasta ese momento los equipos ganadores eran
integrados por jugadores ingleses o argentinos descendientes de ingleses.
Mientras el fútbol es practicado en asociaciones
formales e informales de todas las clases sociales, el tenis se practica en las
clases medias y altas. Por su parte el golf es otra expresión de las clases
altas.
7.
Reflexiones sobre el trabajo del Doctor
Alejandro Frigerio “’Negros’ y ‘Blancos’ en Buenos Aires: repensando nuestras
categorías raciales”
Este
trabajo del Doctor Frigerio de la Universidad Católica Argentina y del CONICET es uno de los pocos que se ocupa de las
clases sociales en Buenos Aires y lo hace con un enfoque muy particular. El
trabajo se desarrolla alrededor del concepto de “la blanquedad” e incluyendo una
original aproximación a los negros (entendidos acá como las personas de piel
negra) y a las diferencias sociales.
Frigerio dice: “La irrupción nocturna de los
cartoneros nos muestra la distancia fenotípica y cromática que separa a los
estratos medios de los grupos subalternos suburbanos. … Esto muestra que el
color de la piel es sin duda un poderoso factor de impedimento de la movilidad
social que nunca es tomado en cuenta en los análisis de desigualdad social. La
única vía de ascenso social para individuos con estos fenotipos parecen ser el
box, el fútbol, la cumbia o la actividad sindical.” No coincidimos en lo
expuesto. En realidad, el “color de la piel” es una expresión visual de la
clase social a la que se pertenece el cual, en determinados casos, corresponde
a determinada clase, sea esta alta o baja.
En el caso de la Argentina, el autor ha vinculado
el negro de las clases bajas al color de la piel de los africanos que llegaron
al Río de la Plata cuando en realidad corresponde a los indios originales del
país. El color oscuro de la piel de la clase, llamemos, “trabajadora” es propia
de los indios que poblaban el país y que fueron la mano de obra reclutada en el
proceso de industrialización.
Una investigación publicada en 2005 en Clarín
presenta datos sobre la población que por una parte sorprenden y por otra dan
respuesta definitiva a interrogantes como el planteado por Frigerio y muchos otros
y respondido erróneamente. No llega de los negros lo negro de la piel: “El 56 %
de los argentinos tiene antepasados indígenas”. Copiamos párrafos de Silvia Heguy
del Clarín de 16 de enero de 2005.
“El ADN, los argentinos portan un mensaje de sus
antepasados. Y en el 56% de los casos el que lo legó dejó escrito simplemente
un solo dato: su origen amerindio. De la población actual, el 44% desciende
sobre todo de ancestros europeos, pero el resto —la mayoría— tiene un linaje
parcial o totalmente indígena. Así lo determinó un estudio realizado por el
Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Universidad de Buenos Aires, a
partir del análisis de casos en 11 provincias. ‘Lo que queda al descubierto es
que no somos tan europeos como creemos ser’, dice Daniel Corach, director del
Servicio, profesor en la cátedra de Genética y Biología Molecular de la
Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA e investigador del Conicet. A
partir de 1992, y tomando muestras de ADN al azar de un total de 12 mil
personas, los científicos pudieron ir tirando del hilo de la madeja de los
genes para reconstruir la historia de la población que vive en nuestro país.
Querían saber cuánto había aportado la población originaria en la
formación de la actual Argentina.”
En cuanto al impedimento a la movilidad social de
los indios esta no reside en el color de la piel, sino en la falta de
capacitación para acceder a posiciones laborales mejores o aún profesionales.
Aun disponiendo de educación gratuita en todos los niveles, no acceden
prácticamente a la educación secundaria y excepcionalmente los hace a la
terciaria. Por fin que no sólo por los intelectuales, sino a nivel general de
la población hay un desconocimiento o ignorancia de “lo indio” y la categoría
fue ocupada por “lo negro”.
En el lenguaje diario no está incorporada la
palabra indio ni como sustantivo (definiendo un grupo social), ni como adjetivo
(definiendo formas, expresiones, personas, comportamientos).
8. Nuevo resumen sobre
las Clases Sociales en Buenos Aires
Resumiendo
todo los anterior y elaborando la información disponible tendríamos en Buenos
Aires (entendiendo como siempre la ciudad y el conurbano):
-
los descendientes de los españoles y criollos que llegaron en
primer término con Garay y que hoy son unas pocas familias, no más de 15, que
no constituyen una clase y se incorporaron a otras, principalmente a los
ARISTOCRATAS;
-
los descendientes de los indios que llegaron de Paraguay con Garay
y de los mestizos que nacieron de la relación de las indias con los primeros
españoles y criollos y que también se incorporaron a diversas clases;
-
los descendientes de los españoles – primero andaluces y después
vascos – que se agregaron como “vecinos” en la periferia de la ciudad y que:
o
i) hicieron fortuna y casaron con las hijas de los primeros
pobladores, por ejemplo, los Anchorena, Alzaga, Salguero, Pinedo, Lezica,
Escalada y constituyeron la ARISTOCRACIA con los primeros pobladores citados
más arriba;
o
ii) no hicieron fortuna, fueron la mano de obra de los
grupos de mayor fortuna y posición desde sirvientes, obreros, hasta empleados.
Son los que posteriormente, en el siglo XIX, progresaron se convirtieron en
pequeños comerciantes e industriales y también profesionales, algunos,
exitosos, con el tiempo fueron empresarios en sus ramos. Los hemos denominado
EUROPEOS a ellos se agregaron los emigrantes de los siglos XIX y XX, en general
europeos y de otros países (Siria, Libia, etc.) y judíos.
-
los descendientes de las “familias patricias”: Paso, Saavedra,
Moreno, Belgrano, que integran hoy la Asociación Fundadores de la Patria y son básicamente
parte de los ARISTOCRATAS;
-
los descendientes de las familias exitosas económicamente del
siglo XIX, y que se hicieron propietarios de grandes extensiones de campo, de
origen español, criollo y mestizo, por ejemplo, Santamarina, Ramos Mejía, Saénz
Valiente, Luro, Castex, de raíces francesas, Leloir, y también de ingleses,
Torquinst, y que denominamos TERRATENIENTES;
-
otro grupo lo integran las familias que no tenían explotaciones
agrícolas, siendo sí exitosas económicamente y que se destacaron socialmente por
su actividades durante el siglo XIX. Profesionales, comerciantes (no pocos
actuando en el contrabando), funcionarios del gobierno, políticos. Por ejemplo
los Ayerza, los Bullrich y los Duncan. Estos fueron de los primeros, sobre
estos dos últimos: “En esa tarea descubrimos que, en la primera generación, tres
británicos cabezas de familia - A. Bullrich, G. Dowdall y R. Duncan -, se
dedicaron exclusivamente al comercio. En ellos no hemos encontrado actividad
agropecuaria, ni posesión de estancias.”[34] Los
Pérez Companc, Soldati, Fortabat, Rocca, Born, Pini, Devoto se fueron
agregando. La denominación de este grupo no ha sido fácil. No hemos encontrado
un término que nos satisfaga y que cumpla con las condiciones de una
clasificación. Nos inclinamos en principio por el término PUDIENTES pero en su
definición la Real Academia dice: “poderoso, rico, hacendado”, es decir,
incluye con hacendado a la categoría del TERRATERIENTE. Lo mismo ocurre con
rico y otros sinónimos. El único que no incluye a la categoría hacendado en su
definición es ADINERADO: que tiene mucho dinero, dice el diccionario y por este
término hemos optado;
-
y repitiendo lo dicho más arriba, tenemos por fin a los
descendientes de los indios que fueron pocos en Buenos Aires hasta que durante
el proceso de industrialización de los años 40 liderado por Perón, ocupan el
Gran Buenos Aires. Este grupo que denominamos nosotros correctamente indio
por su origen y ascendencia fueron y son conocidos incorrectamente como
“negros” y “cabecitas negra”. Son la mano de obra de la construcción y de
las industrias y que ocupan cargos como vigilantes en la policía y como suboficiales
de las fuerzas armadas. No hay vigilantes rubios.
El
Cuadro que sigue resume las características de cada una de las clases que hemos
definido.
CLASE SOCIAL
|
INTEGRANTES DE LA CLASE SOCIAL
|
ARISTOCRATAS
|
los
descendientes de los españoles – primero andaluces y después vascos – que se
agregaron como “vecinos” en la periferia de la ciudad y que hicieron
fortuna y casaron con las hijas de los primeros pobladores. Por ejemplo, los
Anchorena y los Alzaga. En este subgrupo se mueven discretamente los que acreditan
estirpe de antigua nobleza y reales. Es el caso de los descendientes de
Liniers, por ejemplo los Estrada, que pueden trazar su filiación hasta el
siglo XIII[35] y antepasados que ya
pertenecían dos siglos antes a la Orden de los Caballeros de San Juan de
Jerusalén. Estos se consideran más acreditados por su estirpe que los que
también integran el grupo de los ARISTOCRATAS, los descendientes de aquellas
argentinas – que ya mencionamos más arriba – que casaron con nobles europeos
arruinados económicamente y cuyo caso emblemático lo constituyó la no-Unzué
que casó con el duque de Luynes. Por
lo dicho este grupo que hemos denominado LOS ARISTOCRATAS no presente ni
uniformidad, ni integración total, sino a nivel de los subgrupos, más allá de
la relación formal que se mantiene educadamente entre todos los integrantes.
|
TERRATENIENTES
|
los
descendientes de las familias exitosas económicamente del siglo XIX, grandes
terratenientes, de origen español, criollo y mestizo, por ejemplo,
Santamarina, de raíces francesas, Leloir, y también de ingleses, Torquinst, e
irlandeses, Duggan. En general discretos, sin aparición ni en público, ni en
organizaciones, ni en los medios periodísticos. Actúan y se desempeñan
actividades y organizaciones con los ARISTOCRATAS, y así como dentro de este
grupo hay categorías, los TERRATENIENTES se saben de una categoría inferior,
pero esta situación no es expresada de ninguna manera y funciona como un
telón de fondo donde cada uno se ubica donde le corresponde.
|
ADINERADOS
|
son los
descendientes de quienes desde los primeros años y aún posteriormente
hicieron fortuna y llegaron a una ubicación social por el desempeño de una
actividad no agrícola: comerciantes, funcionarios, profesionales, políticos,
industriales, etc. (Escasany, Fortabat, Bagó por ejemplo). Algunos ocupan los
primeros lugares de las organizaciones profesionales y empresariales, otros
son casi desconocidos, por ejemplo Hugo Sigman. Su actividad social demuestra
su poder y riqueza. Los de familias sajonas lograron en varios casos ocupar
destacada posición dentro de este grupo y aun a ascender a los grupos
anteriores (por ejemplo los Bullrich). El origen italiano constituyó siempre
una traba para actuar con los ARISTOCRATAS y los TERRATENIENTES, aún para los
más exitosos económicamente: los Pini y los Soldati por ejemplo. Por fin,
dentro de este grupo se integran los Adinerados judíos, entre ellos Eduardo
Elsztain el mayor terrateniente del país, y un conjunto de grandes
empresarios dueños de bancos, fondos de inversión, diarios y negocios
agropecuarios como la siembra de soja por Gustavo Brogocopatel (250.000 hectáreas
en Argentina). Esto no hace que la relación de judíos con ARISTOCRATAS y
TERRATENIENTES sea habitual, y con los ADINERADOS es circunstancial.
|
EUROPEOS
|
son los
descendientes de los primeros españoles que no hicieron fortuna y que eran
los que hemos denominado Los Trabajadores y los descendientes de los europeos
(españoles, italianos, judíos, etc.) que llegaron en el siglo XIX y
principios de XX. Parte de este grupo hizo fortuna tanto en el campo y como
en Buenos Aires siendo comerciantes e industriales. Sus hijos se
profesionalizaron e integran el grupo con mayores ingresos en la ciudad. Esta
clase conforma la clase económicamente media y media baja.
|
INDIOS
|
los descendientes
de los indios que fueron pocos en Buenos Aires hasta que durante el proceso
de industrialización de los años 40 liderado por Perón, ocupan el Gran Buenos
Aires y a partir de esa fecha continúan llegando, acompañados desde los años
80 por peruanos, bolivianos y paraguayos
|
Cómo
se ubican estas clases en Buenos Aires ?
1.
en la ciudad de Buenos Aires y en determinadas zonas del norte del
Gran Buenos Aires se localizan LOS ARISTOCRATAS, los descendientes de españoles
que hicieron fortuna y LOS TERRATENIENTES, descendientes de los terratenientes,
conformando una clase con miembros que se aceptan y vinculan y a la vez, separada
y aislada del resto, pero también con islotes internos propios. El libro de
Maxine Hanon es una buena referencia de apellidos que poblaron Buenos Aires en
la zona donde se localizaban familias con altos ingresos, de Retiro a Recoleta.[36]
2.
en la ciudad de Buenos Aires, donde son mayoría, y en determinadas
zonas del norte y oeste del Gran Buenos Aires se localizan los descendientes de
LOS TRABAJADORES y LOS EUROPEOS y conforman el grueso de la población. Los que
hicieron fortuna – comerciantes, industriales y profesionales exitosos – se
radican en los barrios de más prestigio.
3.
en el Gran Buenos Aires, especialmente en el sur y sureste se concentran
LOS INDIOS y sus descendientes, expandiéndose en el sur de Buenos Aires.
Constituyen la primera mayoría poblacional de toda el área.
Qué
ocurre políticamente con las clases sociales ?
Las
clases altas, que condujeron políticamente al país durante muchos años hasta
las primeras décadas del siglo XX, se alineaban detrás de los dirigentes de los
sectores empresarios del momento. Surgen después de los inmigrados, el
radicalismo y el socialismo y algunas otras agrupaciones menores. Por fin, la
participación militar presente varias y repetidas veces en el siglo XX, da
nacimiento primero al peronismo y luego a grupos de derecha que se expresan con
distinto gobiernos.
Si
algo cabe destacar de esta historia de los partidos es la adhesión y prioridad
que los partícipes de los gobiernos y sus adherentes, sean partidos, facciones,
grupos empresarios, asociaciones profesionales, etc. han dado a los resultados
económicos que logran con su adhesión política. Hoy por ejemplo, el aplauso que
recibe una administración que participa y permite la corrupción, alcanza a los
dirigentes de los sectores del comercio, las finanzas y la industria. La
experiencia no es nueva, ya Menem fue aplaudido y votado con una clase alta que
se aprovechó de leyes y decretos que le dieron beneficios y bienes. A todo esto
no es ajeno la estructura del poder que administra el país.
El
peronismo, con una masa popular mayoritariamente de INDIOS, ha sido y es
conducida históricamente por los descendientes de europeos, los que hemos
llamado LOS EUROPEOS. Perón, Duhalde, Menem, Kirchner y el resto de presidentes peronistas son
expresiones de lo dicho. No hay, ni ha habido dirigentes peronistas INDIOS,
todos han sido EUROPEOS. Sólo hace pocos años apareció Moyano que de la CGT se
ha ido aproximando a la política y más recientemente tomó notoriedad Fernando
“Chino” Navarro[37].
Las
clases altas principales, ARISTOCRATAS y TERRATENIENTES, como se ha dicho, a
través de sus organizaciones, negocian y se benefician económicamente y no
integran ninguna oposición estructurada al gobierno de turno. Esta situación
explica la debilidad de los partidos en cuanto a líderes y dirigentes y aún en
lo que hace a adherentes. No hay ideología, ni ideales, tampoco propuestas,
sólo a través de sus pocos diputados que expresan opiniones que tiene poco
respaldo y llegada fuera del parlamento.
Por
su parte, el último y más numeroso grupo, el de los INDIOS, no tienen poder. Sólo
pueden conducir, y no siempre, la CGT, por ejemplo con Moyano, y algunos
distritos del Gran Buenos Aires que habitualmente regentean los EUROPEOS. Es
decir, en el peronismo, los INDIOS son la mano de obra de los EUROPEOS que son
quienes mandan.
Los
INDIOS han sido también la mano de obra utilizada para llenar la Plaza de Mayo
y producir una verdadera batalla seguida de muertes que fueron el antecedente
inmediato de la renuncia de presidentes de la oposición. En diciembre de 2001
los incidentes provocados por el peronismo en la Plaza Mayo produjeron cuatro
muertos que llevaron, dentro de la crisis que atravesaba el gobierno, a la
renuncia del primer mandatario un día después.
El
temor a está mecánica de destitución presidencial no es ajeno al enrejado de la
Casa Rosada desde la Plaza Mayo hasta más allá de la estatua de Colón. Néstor
Kirchner temeroso de una experiencia de este tipo apenas asumió la presidencia
hizo esa obra y tanto él como la actual presidenta han prohibido la represión
de manifestaciones y piquetes que podrían desembocar en la muerte de manifestantes.
4.2. Por
fin, final
“Los
hispanos pueden determinar quién ocupará la Casa Blanca”.
Los
indios determinan quien ocupa la Casa Rosada.
Luis
Chiodo, luischiodo@hotmail,com
[2] Parte de
este Punto ha sido copiado de
[3] Gran parte
de este Punto ha sido copiado de http://materias.fi.uba.ar/7018/1-%20El%20Catastro%20desde%20el%20aspecto%20Histotico.pdf
[4] Punto
copiado de hhttp://www.historiacritica.uniandes.edu.co
[5] Cuadra
igual a manzana. Solares los terrenos que conformaban la cuadra.
[6] “Los
Camélidos Sudamericanos, antes de la colonización estaban ampliamente
distribuidos desde las altitudes de los Andes hasta el nivel del mar. Durante la colonización sufrieron el
sacrificio incontrolado y fueron desplazados por los animales domésticos
introducidos por los europeos. … Como consecuencia, los camélidos tanto
domésticos como silvestres sufrieron una severa reducción en número y su
distribución geográfica se vio drásticamente afectada, quedando reducida a las
altitudes del altiplano andino” fuente: Camélidos Sudamericanos: clasificación,
origen y características, Pinto Jiménez, Chris Evelyn; Martín Espada, Carmen y
Cid Vázquez María Dolores. Dpto. Sanidad Animal. Facultad de Veterinaria.
Universidad Complutense de Madrid.
[7] Parte este
punto tomado de http://www.taringa.net/posts/info/11260446/Los-primeros-vecinos-pobladores-de-Buenos-Aires.html
[8] Binayán
Carmona, Narciso, Historia genealógica argentina, Emecé, Buenos Aires, 1999
[9] José María
Rosa en Del municipio indiano a la provincia argentina
[10] idem
[11] idem
[12] Andrés M.
Carreto, Los Anchorena, Editorial Astrea, 1970.
[13] Binayán
Carmona, idem.
[14] idem
[15] Tomado de
es.wikipedia.org/wiki/Contrabando_de_Buenos_Aires
[17] Francisco
García a Juan Esteban de Anchorena (en adelante JEA), 24 de febrero de 1757, 12
de julio de 1757, 24 de julio de 1758, 22 de marzo de 1760, 25 de enero de
1761, 18 de julio de 1763, en Archivo Anchorena, Archivo General de la Nación,
Sala VII (en adelante AA), legajo 317.
[18] Franisco
Anctonio Díaz a JEA, 12 de marzo de 1767 y 27 septiembre de 1770, en Archivo Anchorena, Archivo General de la
Nación (en adelante AA-AGN), 316.
[19] Ruprecht
Poensgen, “The Challenge to an Argentine Merchant House in the Late 18th Century”,
Jahrbuch fur Geschicthe von Staad, Wirtschaft und Gesellschaft Lateinamerikas,
33 (1996), pp. 187-222. Andrés M. Carretero, Los Anchorena. Política y negocios
en el siglo XIX (Buenos Aires, 1970).
[20] Pasado y
probable futuro del campo argentino Víctor Luis Funes
[22] Tomado de
Roy Hora, Los terratenientes de la pampa argentina, Siglod Veintiun de
Argentina Editores, Buenos Aires, 2002.
[24] Böhm, Mimi;
Buenos Aires, art déco y racionalismo, Ediciones Xavier Verstraeten, Buenos
Aires, 2008.
[25] Tomado en
gran parte de http://kas.org.ar/DialogoPolitico/pdfs/gran_bs_as.pdf
[26] Torre,
Juan Carlos, “La ciudad y los obreros”, en José Luis Romero y Luis Alberto
Romero (eds.), Buenos Aires: Historia de cuatro siglos, Buenos Aires, Altamira,
segunda edición, tomo II, 2000.
[27] Torre,
Juan Carlos y Pastoriza, Elisa, “La democratización del bienestar”, en
Nueva Historia Argentina, vol. VIII, Buenos Aires, Sudamericana, 2002.
[28] Gorelik,
Adrián, Mirada sobre Buenos Aires: historia cultural y crítica urbana, Buenos
Aires, Siglo Veintiuno editores Argentina, 2004.
[29] Mora y
Araujo, Manuel, “Las clases medias consolidadas”, en José Luis Romero y Luis
Alberto Romero (eds.), Buenos Aires: Historia de cuatro siglos, Buenos Aires,
Altamira, segunda edición, tomo II, 2000.
[30] El
Hogar en los años 20 del siglo XIX inicia una sección completamente gráfica
llamada “Hogares porteños” (tomado de Leando Losada, Suntuosidad y
respetabilidad)
[31] Patrimonio Arquitectónico
de la ciudad de Buenos Aires: primeras décadas del siglo 20. Stella Maris Casal,
Fernando Couturier, Marcela Cragnolini, Alfredo Conti, Universidad de Belgrano,
Buenos Aires
[34]
Roberto Dante
Flores, Los primeros británicos en Buenos Aires,
http://congresobicentenario.webuda.com/files/mesa05_flores.pdf
[36]
Hanon, Maxine, Las
quintas de Retiro a Recoleta (1580-1890), Editorial El Jagüel, Buenos Aires,
2000
[37]
Nació
como Luis Fernando Román, el 19 de junio de 1957, en San Antonio Oeste, una
pequeña localidad de la costa seca y ventosa de Río Negro, a donde el agua
potable sólo llegaba en tren. Llevó el apellido de su madre soltera, Margarita
Román, quien había escapado a los 15 años de un hogar mapuche en Los Berros.
Margarita era "la chica" que trabajaba en la casa de Francisco y
"Gela" Muñoz, quienes criaron como propio a Luis Fernando, desde
entonces, el "Cabezón" Muñoz, como todavía lo llaman en Río Negro.(La
Nación 13 de mayo 2012).
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